¿Cómo Trabajamos?
¿Cómo es nuestra metodología de trabajo con los niños y niñas?
Primera consulta: citamos a los padres (de forma conjunta o separada según la situación familiar y el tipo de relación de los progenitores) para determinar el motivo de consulta y la evolución del mismo. En esta entrevista además recogemos información de todas las áreas de desarrollo del menor así como de los elementos facilitadores y mantenedores del problema por el que se consulta.
Evaluación diagnóstica: empleando para ello diferentes técnicas de recogida de información como son la observación, la aplicación de test estandarizados y entrevistas individuales.
Devolución de resultados: es el momento de explicar a las familias y al menor, de forma oral o por escrito (según demanda) los resultados obtenidos en la evaluación realizada a través del informe.
Intervención: en función de los resultados obtenidos estableceremos los objetivos terapéuticos y utilizaremos las técnicas necesarias para que el niño o la niña los consiga, resolviendo así el motivo de consulta y cualquier otra variable detectada que le generase malestar o dificultad.
¿Cómo es nuestra metodología de trabajo con adultos?
En la recepción de la llamada telefónica realizamos un encuadre terapéutico en el que preguntamos por el motivo de consulta, explicamos el tipo de intervención, los tiempos empleados en cada sesión y los honorarios.
¿Por qué preguntamos por el motivo de consulta? Queremos saber si podemos ayudarle en su situación personal. Si es así, continuamos y le damos una cita. Si no somos especialistas en ello, le derivaremos a otro profesional.
En la primera sesión iniciamos la EVALUACIÓN. Necesitamos identificar los problemas, el origen de los mismos y los factores que lo mantienen en la actualidad.
A partir de ahí podemos establecer los OBJETIVOS TERAPÉUTICOS.
INTERVENCIÓN. Una vez que ya sabemos lo que queremos conseguir, dotamos al paciente de las herramientas y recursos necesarios que le permita dar los pasos y llegar a los objetivos terapéuticos. Se trata de modificar lo que no funciona, de introducir nuevas formas de evaluar, entender, pensar, actuar y consecuentemente sentir.
SEGUIMIENTO: Una vez conseguida la mejoría, espaciamos la frecuencia de las sesiones (quince días, un mes, tres meses, seis…)
Esta última fase es muy importante para el éxito de la intervención terapéutica y es importante que sea el psicólogo el que determine, de acuerdo al Código deontológico en su Artículo 26, la finalización de la intervención.
Artículo 26º El/la Psicólogo/a debe dar por terminada su intervención y no prolongarla con ocultación o engaño tanto si se han alcanzado los objetivos propuestos, como si tras un tiempo razonable aparece que, con los medios o recursos a su disposición, es incapaz de alcanzarlos. En este caso indicará a la persona, grupo, institución o comunidad qué otros psicólogos o qué otros profesionales pueden hacerse cargo de la intervención.
Este periodo de seguimiento servirá para comprobar el mantenimiento de los avances, prevenir recaídas y preparar al paciente para continuar una nueva andadura en solitario.